martes, 14 de diciembre de 2010

PRESENTISMO, PRODUCTIVIDAD Y MODELO ECONOMICO

PRESENTISMO, PRODUCTIVIDAD Y MODELO ECONOMICO

En fecha reciente con motivo de la defensa de tesis doctoral, en el desarrollo del intercambio se abordó el concepto de “presentismo”. Se refería a aquel comportamiento laboral que supone estar físicamente en el sitio de trabajo, sería lo contrario del ausentismo, pero en este caso, con muy limitada dedicación al cumplimiento de las tareas, sea por desinterés o por no estar en adecuadas condiciones personales, de salud incluidas. Por otro lado, la persona incursa además hace ver que está ocupada. También encontramos que refiere a trabajar más allá del horario normal con la única intención de que se note la presencia del trabajador en su puesto. En tiempos de crisis, con decrecimiento económico y obviamente reducciones de las nóminas de personal, el “presentismo” es una respuesta. En estos tiempos aumenta el temor de perder el puesto de trabajo.

¿Y la Productividad qué?
Está demás afirmar que el “presentismo” no contribuye al incremento de la productividad. Por otro lado, ésta aumenta cuando se reducen las nóminas. Pero no ocurre lo mismo cuando se cierra un establecimiento o una empresa, ya que lo que suele ocurrir es que la productividad se mantenga igual. Pero lo que si se afirma es que el “presentismo” reduce la productividad.

Con la productividad, es decir la generación de más productos y servicios con un uso óptimo de los recursos disponibles, una sociedad gana. Por supuesto acompañado de una distribución justa de la riqueza derivada, ya sea para los productores directos como para la sociedad en general. Los primeros con mejores remuneraciones para el trabajo, y dividendos para los propietarios; y para la sociedad en general, ella gana con mejores productos y servicios a precios justos, así como con los pagos que se entregan al sistema tributario y todas las tasas públicas.
También es importante destacar que una sociedad productiva, con metas de productividad crecientes y con distribución justa, estimula la conciencia colectiva para vigilar que los recursos sean usados de la mejor manera, y sea más exigente en sus reclamos a aquellos comportamientos institucionales que despilfarran recursos o hacen usos poco transparentes de los mismos.

De todos modos hay que advertir que en el país no se mantiene el necesario ambiente para el incremento de la productividad. El tema no tiene relevancia, lamentablemente. El ambiente necesario conlleva que el tema sea asumido por todos los actores productivos, políticos y sociales. Resulta difícil que el tema sólo descanse en las empresas, al tiempo que el Estado no lo incentive y reconozca; ya que las políticas públicas tienen directa influencia en la disciplina productiva, tanto para los propietarios como para los trabajadores. La confusión reinante en la definición de un modelo económico determinado, desestimula las conductas necesarias para el fomento de la productividad de manera sostenida y a largo plazo.

¿Hacia cual modelo económico vamos?
Lo del modelo económico es sumamente determinante. La discusión que si estamos en socialismo? o vamos para él? O ya estamos en comunismo? Esto último un tanto exagerado, pero sólo indicamos lo que se ha leído sobre el particular en estos tiempos. También que si estamos en capitalismo, y que si este es el del tipo salvaje, de los más extremos en el neoliberalismo. Lo otro es que si estamos en una transición? Además en el mundo existen todo tipo de transiciones, aquellas que fueron y siguen, del socialismo y comunismo al capitalismo (China y Vietnam son de los mejores ejemplos). En el caso cubano, hay todo una expectativa de ver la evolución de sus tímidas medidas económicas, pero que traen consigo repercusiones laborales tremendas, como es desprenderse de quinientos mil trabajadores al servicio estatal, y lanzarlos al “cuentapropismo”, ya que no hay otras opciones, que permitan pensar en emprendimientos con dotación de capital suficiente.

Por otro lado se tienen las transiciones del capitalismo al socialismo. Estas son menos frecuentes, quizás porque los años de socialismo y sus dificultades aun están frescos en la mente de la sociedad contemporánea, al menos en la gente adulta, de haber visto que aquellos países que dejaron el socialismo real y se pusieron a un lado, hoy les va mejor. Queda por reconocer que hay diversos capitalismos y diversos socialismos, y ahí está el respiro, que sin dogmas dominando las sociedades construyan en procesos democráticos y participativos lo que ha de ser su camino a escoger.

Publicado por el Dr. Hector Lucena en 16:12
Universidad de Carabobo.
sábado 11 de diciembre de 2010